Como pudimos comprobar a lo largo del curso, el arte Multimedia definitivamente ofrece una considerable cantidad de alternativas y opciones de las que un artista plástico puede servirse en su labor cotidiana. Aunque muchas de las herramientas y tecnologías estudiadas parecen de cierto modo contraponerse a las disciplinas tradicionales, pueden, sin embargo complementarse y enriquecerse mutuamente si quien las emplea posee suficiente criterio y apertura para saber aprovechar dicha simbiosis entre aspectos aparentemente opuestos. Si bien las nuevas tecnologías permiten soluciones nunca antes conocidas e imposibles de llevar a cabo con otros medios, no garantizan, por sí mismas, el desarrollo de un discurso y una producción artística coherente y convincente, aunque merecen sin duda ser tomadas en cuenta, ser conocidas y valoradas en su justa medida por el creador, aun si no resultan ser un recurso habitual dentro de su trabajo. Considero que, como cualquier otra disciplina, su conocimiento cabal y profundo puede mostrarnos muchos más caminos a seguir, sobre todo en una época en la cual la tecnología ha alcanzado una extensión e importancia sin precedentes, pero no debemos olvidar que es finalmente el artista quien desarrolla su obra, e inclusive los medios considerados más obsoletos pueden convertirse en armas formidables siempre y cuando exista voluntad, creatividad y capacidad, para las cuales toda técnica, toda disciplina y toda tecnología poseen su propio y particular potencial, siendo, en formas distintas, perfectamente aprovechables.
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